Papel del educador y de la institución educativa “Centro de educación infantil”

Reconocemos la importancia de la educación para el éxito de una comunidad basada en valores, por lo cuál ésta es una piedra angular de nuestra sociedad.

Alrededor del niño existe un entorno educativo de diversos tipos; a saber, las personas con las que el niño interactúa, como la familia, otros niños, el personal educativo de una guardería/escuela, el pediatra, el profesor de deportes, pero también los extraños en la calle y el entorno espacial como tal, como el entorno del hogar, la guardería/escuela, la ciudad, el bosque, etc. Estos componentes educativos deben tenerse en cuenta e integrarse en nuestra labor educativa.

Básicamente, consideramos que los padres del niño, y también las familias de los padres, son las personas de referencia más importantes para el niño. Sin embargo, el modo de vida actual a menudo requiere que ambos padres trabajen y/o exige flexibilidad durante el tiempo que se le dedica al trabajo.

Al mismo tiempo, los lazos familiares se aflojan por la sola distancia física y las cadenas de cuidado familiar se están rompiendo cada vez más. Los constantes cambios en la situación de la vida son parte de la norma para nosotros.

Los niños de nuestro tiempo se desarrollan dentro de estas estructuras y tendrán que encontrar su camino en exactamente estas estructuras del futuro. La atención y cuidado del niño en nuestra institución puede ofrecer apoyo a la situación familiar actual, así como apoyo para hacer frente al constante proceso de transiciones.

La asistencia a la guardería ofrece una experiencia de comunidad y de procesos dinámicos. El aprendizaje tiene lugar dentro de un grupo social, que se encuentra en fases y procesos de desarrollo similares, a través y junto a cada uno de los demás que forman parte de ese grupo social.

Promovemos la interacción abierta y social con nuestros semejantes y damos espacio a las necesidades individuales. La comprensión, la interacción amorosa y las estructuras familiares se consideran, por lo tanto, indispensables para nuestros métodos de trabajo y forman parte de nuestra filosofía de organización.

La mejor manera de cimentar el cuidado y la atención al niño es mediante una recepción armoniosa y orientada a las necesidades, y mediante la cooperación con los padres y los educadores del niño, a fin de mantener los vínculos existentes integrados en su proceso de desarrollo y apoyarlos de manera estable.

Como institución bilingüe, también vemos el valor de la educación como integralmente efectiva. La exposición continua a sendos idiomas alemán y español, que también surge a través de la composición de nuestro personal educativo, hace que se vincule al niño automáticamente con ambas culturas, promueva y fomente el uso de ambos idiomas, contribuyendo así a aportar al niño opciones de interacción más flexibles y, en el futuro, a un mejor comienzo de la vida social.

La valor del tiempo que se dedica a la atención y cuidado del niño en un centro infantil también desempeña un papel primordial, sobre todo en la acelerada sociedad actual.

La guardería crea un espacio para «experimentar» intensamente y probar cosas sin presión de tiempo. A través de una variedad de ofertas, la mayoría de las cuales son gratuitas, y la puesta a disposición de diferentes materiales y medios de aprendizaje, podemos responder a la necesidad de los niños de desarrollarse de manera flexible e integral, sin límites de tiempo.

Así pues, el cuidado del niño a través de terceros es una ayuda esencial para las estructuras de la sociedad actual; la atención y cuidado del niño por terceros funciona como la piedra angular de la sociedad y reafirma su papel fundamental como apoyo de las familias en sus circunstancias y su organización vital.

Por lo tanto, como personas de referencia para el niño nos vemos como compañeros de su proceso de desarrollo y nos ponemos en marcha con el niño para descubrir, investigar y reflexionar. Apoyamos amorosa y pacientemente el proceso de desarrollo individual y desafiamos y animamos de manera dirigida. 

Damos a los niños espacio para desarrollar su personalidad individual, para tomar sus propias decisiones lo antes posible y ofrecemos impulsos específicos para ampliar sus posibilidades y su ámbito de acción.

El comportamiento de los educadores desempeña un papel especialmente importante en la transmisión de actitudes positivas, ya que éstas se logran principalmente mediante procesos de identificación e imitación. Nos vemos a nosotros mismos como modelo y medio en nuestro trabajo pedagógico, es decir, vivimos el contenido, las intenciones y los objetivos de nuestro trabajo con los niños. Reconocemos nuestra función como modelos a seguir y vivimos valores positivos que apoyan nuestra propia trayectoria.

Protegemos a los niños, cuando es necesario, y les damos la libertad de desarrollarse según su nivel de desarrollo individual. Escuchamos, observamos, percibimos las necesidades y las tomamos en serio, consolamos, damos apoyo, animamos y promovemos.

Debido a la importancia que damos a la educación multilingüe en nuestra institución, la capacidad de trabajar en equipo, la apertura y la tolerancia hacia otras opiniones son requisitos básicos para una cooperación exitosa.

Cumplimos nuestra misión educativa y de crianza en cooperación con los padres y otras personas e instituciones involucradas en esta tarea y trabajamos para lograr una comunicación fructífera y viva con ellos.