Nuestra imagen del niño
Nuestra imagen del niño es una función clave en nuestro trabajo. Como pensamos sobre ellos y su desarrollo y lo que sabemos, da el concepto y enfoque además de la expectativa personal de nuestro trabajo.
Para nosotros un niño no es una página en blanco en la que hay que „escribir“ todo completamente de nuevo.
Involucrado en la familia y su situación individual de la vida, cada niño esta supeditado a su naturaleza y rasgos orientativos de su caracter.
Los niños aprenden por observación de las personas de referencia, las cuales son como el modelo a seguir y se orientan en su patrón de comportamiento y sus estrategias para la resolución de problemas.
Así se distingue cada niño por su personalida y sus particularidades, pero también por su temperamento, sus habilidades y su ritmo de desarrollo.
La toma de conciencia como individuo y la experiencia de poseer un sentimiento propio en el entorno y la situación resultante es el paso más relevante hacia la independencia.
Como hacen los descubridores e investigadores, un niño se propone descubrir el mundo y familiarizarse con su entorno y la gente que le rodea.
Cada momento experimentado trae nuevas percepciones que deben ser capturadas, recogidas y ordenadas tanto en los hechos como en las emociones.
El objetivo de esto es encontrar una propia forma de tratar las exigencias dadas y de tomar propias decisiones. Esto significa también, reconocer el principio de causa y efecto y ser capaz de reflexionar sobre su comportamiento.
La posibilidad de experimentarse a sí mismo de nuevo en diversas situaciones y desarrollar destrezas, nos hace confiar en nosotros mismos y en nuestras habilidades. Esto amplía las competencias en su propia manera de actuar.
Por eso nosotros como acompañantes proponemos que todo lo nuevo sea experimentado y persista en su desarrollo.
Buscamos al niño en la unicidad de su situación individual y somos sus acompañantes, que con cariño y paciencia orientamos sus necesidades. Exigimos y fomentamos un ambiente de amistad así como también transmitimos valores positivos que ayudan al proprio camino. Apoyamos sus propias decisiones estableciendo impulsos concretos.
Si animamos el anhelo de descubrir y investigar, si los apoyamos en su ritmo de desarrollo individual dirigido a sus necesidades, les damos espacio para el desarrollo personal y fomentamos la interacción social en el grupo, si vivimos con entusiasmo y tomamos sus intereses en serio y creamos un ambiente propicio para el aprendizaje, entonces les damos la posibilidad de un camino abierto e infundamos una seguridad en sí mismos que motivará al futuro aprendizaje.